El cochinillo de “El Senador” lleva ya más de 14 años convertido en todo un clásico de la gastronomía madrileña. “Lo preparamos solamente con agua y sal, dos horas y media en el horno y queda perfecto”, explica Ángel Gutiérrez, propietario del restaurante, uno de los poquísimos de Madrid que se encuentra dentro de la Marca de Garantía Cochinillo de Segovia.
Lo que garantiza la marca es que el cochinillo, además de ser puramente segoviano, como marcan los cánones, es de la máxima calidad. “No ha tenido puestos hierros ni inyecciones”, explica Gutiérrez. Además, se garantiza que, después de que haya muerto el animal, de entre 4,5 y 5,5 kilos de peso, sólo pueden pasar siete días en cámara antes de prepararlo en el horno a 200 grados. En el Senador apenas dura un día o dos en cámara.
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