El Museo Thyssen Bornemisza nos muestra desde el pasado viernes lo mejor del movimiento hiperrealista, nacido en Estados Unidos a finales de los años sesenta y bautizado también como ‘photorealism’. Son casi setenta obras nunca vistas en España.
Don Eddy Sin título (4 VWs), 1971 (detalle)
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“La fascinación del hiperrealismo está en un engaño perturbador. Hace trampas al ojo, literalmente, como el trampantojo de la pintura clásica embauca al espectador. También llamado fotorrealismo, nos embauca en una mágica confusión entre la vida y la pintura que nos perturba Desde Lascaux y Altamira. Una ilusión que no deja de fascinarnos y que se acentúa en esta exposición”. Así se refiere Guillermo Solana, conservador jefe del museo Thyssen-Bornemisza, a la muestra ‘Hiperrealismo 1967-2012’, un esplendoroso repaso a una popularísima corriente, relativamente joven pero muy conectada con la tradición, hija de la fotografía y prima hermana de pop, y que atrae como un imán a un público masivo.
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