Almohada Avestruz-viajes-aeropuerto-barajas
Empieza a ser frecuente. No se trata de una pandilla de frikis, ni de una tribu de venusianos, ni siquiera de unos buzos urbanos en prácticas. Pero si por un casual aparece uno de ellos junto a usted en una sala de embarque, en el asiento de al lado en el avión, en un banco del parque, en la oficina después de comer o comprueba que su vecino en cualquier lugar saca del bolso su «pillow», simplemente deséele un feliz descanso y si tiene oportunidad, pruébela, porque no se va a arrepentir.
La Ostrich Pillow se inventó para dar una cabezada corta o una siesta un poco más larga (es decir no de pijama, pero sí de escala en aeropuerto). No es una almohada, ni un cojín, ni un pasamontañas ni una mantita gustosa, aunque es todo esto a la vez, pues con su tejido de viscosa y su relleno de microesferas proporciona aislante, aireación y por tanto relax para la cabeza en momentos de tensión. Sus autores son el dúo de diseñadores Kawamura-Ganjavian pertenecientes a Studio Banana, una plataforma multidisciplinar madrileña integrada por un nutrido grupo de jóvenes creativos.